Después de algunos meses de intensa práctica, sintió que estaba preparado para obtener por fin el título de campeón. Ninguno de sus conocidos le daba importancia a esa aspiración, de echo varios nunca creyeron siquiera en la existencia de un campeonato regional de mambo. Sin embargo nadie podia negar que el tipo tenía un talento especial a la hora del baile.
Esta era su tercera participación en la categoría solistas. El primer año quedó en un honroso quinto lugar, entre ocho participantes; al año sigueinte alcanzó el tercero. Esta vez todo le indicaba que alcanzaría por fin el más alto lugar del podio de los bailarines de mambo de la sexta región del libertador Bernardo O´higgins.
El día del certamen estaba levantado inusualmente temprano, pues un gato negro rasguñó la ventana y eso para él fue una señal de que debia estar despierto para disfrutar la totalidad del día en que trascendería su sabroso talento. Totalmente fresco después de una noche sin sueños practicó una vez más el número de su performance. A todo volumen en el living de su departamento le puso play al minicomponente y como desde hace tiempo se escuchó Ran-kan-kan de Tito Puente, que había logrado inscribir antes que todos los participantes, pues parecía ser una pieza favorita para este año entre sus colegas mamberos. Sus movimientos estaban elegidos con precisión y ya tenía asumidos en sus instintos cada frase arrolladora de los bronces, cada golpe orquestal con sus inesperados contratiempos. Sabía sin pensar en ello en qué momento sus rodillas efectuaban qué preciso giro. El juego constante entre talón y punta de pie se acercaba casi poéticamente a la intención impetuosa del solo de timbales de Tito Puente. Nada podía fallar esta vez. El jurado especializado debía convencerse por fin de su joven talento natural.
Pero en lo más profundo de sus esperanzas habia una pelusa que no lograba sacar ni con el convencimiento de tener una performance muy cercana a la perfección, ni con la contemplación de su perfectamente planchada vestimenta blanca: este año se habia vuelto a inscribir una leyenda de las últimas décadas, "Mambo Marambio" un cincuentón cara de vino que traía con sigo una reputación gigante de haber sido quién más veces había ganado el campeonato, y quién siempre fue atracción principal del festival "El verano canta en el cobre". ¿porqué tenía que volver a participar? ¿qué le hacía querer recuperar el cetro que se le fue sólo por no participar en las últimas 4 versiones del certamen? El asunto es que este año estaría ahí nuevamente, con un cuerpo mucho más avejentado, pero con la misma cadencia sinuosa de su pelvis que lo hicieron tan famoso en Rancagua y sus alrededores. Quizás el tener un apellido que contenía todas las letras de la palabra "mambo" lo hacían destinado a jamás ser bajado de su merecido sitial en el cielo de la música caribeña.
Terminó de ensayar su rutina con perfección, al parecer sólo detectó un error en el movimiento de los codos, pero no detectó en qué momento de la pieza fue; sólo supo que fue en el preciso instante en que recordó esa molesta pelusa que el talento de "Mambo Marambio" incrustó para rascar sus aspiraciones.
Puso nuevamente play al minicomponente y nuevamente la orquesta de Tito Puente se larga con su éxito. No más de ocho compases después tuvo que apretar stop, pues el gato en la ventana de nuevo rasguñaba y ahora en ello se le caía la mañana, pues leía la señal de que debía volver a dormir para soñar con obtener esa noche el vice-campeonato regional de mambo.
jueves, septiembre 22, 2005
El Mercurio
no miente,
delira...
¿ y qué tendría yo que decir para que el presidente me mande una cartita ?
i have too many fingers in my hands my hands are in my pockets my pockets are in my pants they should be on my legs but they are on yours and you don´t have to come to return them i beg you to hurry up because i want to play the piano.
lunes, septiembre 12, 2005
- ¿Qué le dijo el aplauso a la pifia?
- ¡ Bravooo !
- ¿ y la pifia que le respondió ?
- ¡ Buuu !
en chile las instituciones funcionan
como el hoyo, pero funcionan
El que ríe al último
no cachó la talla
domingo, septiembre 11, 2005
11 de septiembre
asalto e incendio
de la ciudad de santiago
año 1541...¿ usted tampoco
se acordó de Michimalonco?
sábado, septiembre 10, 2005
yo vendí
unos ojos negros
pues yo los había comprado
jueves, septiembre 08, 2005
no me gustaría
estar en tus zapatos
¿en tus piernas? bueno, esa es otra cosa...
¿ mono en cuanto sólo uno
y no un par ? ¿ o mono en cuanto macaco ?
estupidamente dije:
creo que le sale agua de un ojo
concienzudamente concluí:
tiene una gotera en su ojo
eficazmente advertí:
la gotera está en ambos ojos
Rápidamente recomendé:
hágase un lado,
no quiero volver
a mojar mis pantalones
esto de ser un gordito simpaticón me complica en lo de no poder fruncir el ceño